La creatividad y perseverancia detrás de 31 Minutos transformaron un programa infantil, en un fenómeno cultural con un alcance impensado. Con humor, música y personajes entrañables, este show marcó a generaciones de niños en Chile y Latinoamérica.
El popular programa infantil chileno, 31 Minutos, surgió como resultado de la creatividad y perseverancia de Álvaro Díaz y Pedro Peirano. Este icónico show comenzó después de que ambos creadores desarrollaran un programa educativo para la televisión abierta llamado «Mira tú», que exploraba el patrimonio chileno con un enfoque innovador.
En el año siguiente, se les presentó la oportunidad de participar en un fondo concursable infantil de TVN, lo cual llevó a la creación de 31 Minutos. Aunque inicialmente la televisión infantil no parecía atractiva para Díaz, su interés se despertó cuando le pidieron crear algo relacionado con el medio ambiente. Fue así como nació la idea de «La ruta de la caca», el primer segmento del programa que, con un enfoque humorístico y educativo, capturó la atención del público.
El nombre del programa, 31 Minutos, hace parodia de «60 minutos». Noticiero transmitido en Televisión Nacional de Chile entre abril de 1975 y abril de 1988.
Con títeres de bajo presupuesto y prestados, grabaron y editaron un piloto que fue enviado a TVN, marcando el inicio de un fenómeno televisivo. El programa se centra en las aventuras del equipo de un noticiero de bajo prestigio, donde siempre ocurre algo inesperado.
A medida que el programa avanzaba, los personajes surgían de situaciones cotidianas de sus creadores. Por ejemplo, el mítico Tulio Triviño, se inspira en un apoderado del curso de la hermana de Álvaro. La libertad creativa y el enfoque relajado permitieron que estos personajes cobraran vida de manera única y auténtica.
Uno de los elementos más memorables de 31 Minutos es su música. Canciones como «Yo nunca vi televisión» y «Baila sin cesar» se convirtieron en himnos de la infancia de muchos. Aunque la incorporación de música original no estaba en los planes iniciales, se dio de manera natural cuando trabajaron con Pablo Ilabaca (Chancho en piedra). Aportó una mezcla desprejuiciada que hizo que la música infantil fuera atractiva y cuente historias entretenidas.
Uno de los clásicos, «Mi Muñeca me Habló», nació cuando Álvaro Díaz estuvo ausente del trabajo debido a una hepatitis. Durante su recuperación, Díaz se inspiró en una muñeca de su casa, creando una canción que se convertiría en un éxito rotundo.
El formato del programa no estaba claro desde el inicio, pero la creatividad y el enfoque experimental fueron claves en su desarrollo.
Por su parte, los creadores sabían que muchos niños veían los noticieros junto a sus padres, por esto se la jugaron con un noticiero pero para niños, en su lenguaje y con temáticas de su interés.
Además, la inclusión de personajes como Juan Carlos Bodoque y Calcetín con Rombos Man añadió un toque único y atractivo. Los títeres, creados a partir de objetos cotidianos, se convirtieron en el alma del programa, y la mezcla de periodismo con humor infantil la rompió entre la teleaudiencia.
A pesar de las dificultades iniciales, el piloto de 31 Minutos logró superar los obstáculos y se convirtió en un éxito rotundo. La combinación de humor, música y personajes entrañables hizo que este programa se convirtiera en un ícono de la televisión infantil, dejando una marca indeleble en la cultura chilena y el resto de América.
31 Minutos no solo dejó una huella imborrable en la televisión infantil, sino que también demuestra que la creatividad y la perseverancia pueden transformar una idea simple en un fenómeno cultural.
El Museo 31, permitió a los fanáticos explorar 20 años de historia de la serie infantil más importante de Chile. En este espacio, los visitantes pudieron encontrar títeres, sets y ambientaciones originales, material documental y una recopilación de los momentos más importantes del programa.
Organizado por Fundación Teatro a Mil y Aplaplac, Museo 31 se exhibió en el Centro Cultural La Moneda hasta el 31 de marzo.
El vínculo de 31 Minutos con México se remonta al año 2006, cuando la televisión abierta de ese país, a través del canal Once Niños, comenzó a emitir todos sus episodios. Desde entonces, México también recibió varios de sus shows en vivo, como «Calurosa Navidad» y «Yo nunca vi televisión». Se han presentado en la Ciudad de México, Guadalajara, Puebla y Monterrey.
«Estábamos ansiosos esperando el momento de llevar MUSEO 31 a México, que es nuestro segundo hogar, y felizmente llegó antes de lo esperado. Siempre que inventamos algo nuevo lo hacemos pensando también en nuestros amigos mexicanos, y esta no fue la excepción», asegura Alejandra Neumann, directora ejecutiva de Aplaplac.
«Esperamos seguir viajando con esta exposición por Latinoamérica y después conseguir los apoyos necesarios para, en 2025 y 2026, recorrer las regiones de Chile con este inigualable MUSEO 31», agrega Carmen Romero Quero, directora general de Fundación Teatro a Mil.
El museo de 31 minutos en México podrás verlo en Museo Franz Mayer. para más información, te dejamos el enlace : franzmayer.org/museo-31
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