San Bernardo albergó al Festival Celta
Escrito por Nikofergo
Buscando el asentamiento celta
Son las 10:00 de la mañana del sábado 1 abril 2023. Acordé juntarme con Pía (colega), en la intermodal de buses de La Cisterna para tomar el bus que nos llevará al parque García de la Huerta, en la comuna de San Bernardo, para asistir y vivir la experiencia del segundo Festival cultural y mitológico Celta.
En el transcurso del viaje, conversábamos de la planificación de la cobertura; revisando el programa, sin dejar de estar pendientes a las indicaciones de Google maps para llegar a nuestro destino. A los pocos minutos, el bus se detuvo en una de las paradas establecidas dentro el recorrido para que descienda y aborden pasajeros. Llamó nuestra atención un joven quien subió y se sentó cerca de donde nos encontrábamos. Su aspecto nos hizo pensar que él sería algún “participante” del evento: Tez blanca, ojos claros, pelo rubio, contextura atlética y definida; en su cuello y brazos asomaban tatuajes con símbolos que no supimos descifrar. -Nos miramos al mismo tiempo-, pensamos y dijimos: ¡parece un celta, veamos donde se baja y lo seguimos!
La aplicación marcaba que estábamos cerca. Pero no veíamos nada parecido a un parque. Confiados en nuestra intuición, vimos que nuestro pasajero se disponía a descender.
Sin pensarlo tomamos nuestras cosas, bajamos del bus junto con él y comenzamos nuestra persecución. Nos percatamos que estábamos cerca de la carretera 5 sur con dirección a Rancagua y, que nuestro guía se disponía a cruzar una de las pasarelas de la autopista. En nuestra desorientación y con la aplicación que nos señalaba que estábamos en el punto, erróneamente, por lo que descartamos que nuestro supuesto guía se dirigiera al festival.
Al poco andar, nos encontramos con unas personas en una plazuelita, a la sombra de un árbol. Nos acercamos y les preguntamos: ¿dónde se encuentra el Parque García de la Huerta? … -nos respondieron al unísono-, ¡uyuyuy se pasaron! Luego de un intercambio de impresiones procedieron a indicarnos cómo llegar.
El entusiasmo por cubrir el festival nos hizo sentir que la distancia no fue mucha. Solo el calor nos hacía sentir el peso y el sudor en nuestras espaldas asfixiadas por las mochilas.
Entre caballeros y elfos
El lugar y el parque son encantadores, una entrada enmarcada por un portón de fierro forjado. En el interior, la Casona de la corporación cultural de San Bernardo adornada por estatuas; también se aprecian algunos viejos vagones que funcionan como bibliotecas.
En las inmediaciones del parque ya estaban instaladas las tiendas de estilo medieval, merodeadas por personajes caracterizados. Al caminar salían a nuestro encuentro caballeros medievales, druidas, brujas, elfos y hadas lanzando pompas de jabón cargadas de ilusión, magia y fantasía para los más pequeños.
La música en vivo fue parte importante para el ambiente. Wesnia fue la encargada de la apertura, les siguió Mambo Celta y el cierre estuvo a cargo del dúo musical Matan.
También nos encontramos a un juglar que, mediante su flauta y acompañado de una bella doncella con una pandereta adornada con cintas de colores, generaban las melodías que emanan de sus instrumentos, para tranquilizar la furia del Momotxorro, ser mitológico de la milenaria cultura vasca. A su vez, llamaban a los asistentes al evento a reunirse cerca del escenario, para enseñar danzas típicas, haciendo partícipe a todo aquel que quisiera. ¡Como arte de magia! Llegaban jóvenes, adultos y niños a danzar y a jugar a través de distintas formaciones y de las tradicionales rondas celtas.
Durante el evento, se llevaron a cabo más de 15 talleres, desarrollados durante los dos días que duró el Festival. La organización dispuso de un auditorio al aire libre, llamaron nuestra atención el taller del profesor de historia Carlos Toro, quien dictó historia y religiosidad celta y el del profesor de historia y creador de juegos medievales de estrategia de mesa, Juan Cerpa del taller de armas medievales. Otros talleres se desarrollaron en lugares habilitados por la producción, como forja en vivo, fabricación de ladrillos de adobe, esgrima, arquería profesional; también destacaron los talleres de velomancia, historia, Epona reina de las hadas, claves alquímicas, magia, tarot y hechizos élficos.
Los stands entregaban al visitante toda la información necesaria en relación con los productos y las tradiciones de la época, como la elaboración y la historia de artesanías replicadas en cuero, madera, bisutería y cerámicas. Fernando Tamayo con su stand de heráldica informaba el origen de los apellidos. También Carlos Moena, en su rol de “Apicultor urbano”, enseñando el trabajo y la importancia de las abejas en la elaboración de la miel y sus derivados, a través de una vitrina de cristal en que se podía ver un panal con las abejas obreras trabajando en su interior.
Bosque de druidas
Catalina Zúñiga es publicista de profesión, sus inquietudes a muy temprana edad la acercaron al canto, la pintura y en ampliar su conocimiento por la cultura ancestral. Junto con ello, combina su trabajo en la fabricación de productos en cosmética natural, manteniendo las antiguas tradiciones, dentro del proceso de elaboración que realzan y sellan la calidad en sus productos.
Mario Díaz, es herrero con más de 7 años de experiencia. También ejerce como artesano elaborando cuchillería histórica; forjada en acero, con detalles de materiales nobles como el cuero, madera, hueso pulido y tallado, para cazadores y coleccionistas.
Mario y Catalina son pareja y gestores culturales, ambos son oriundos de la localidad de Champa, ubicada en la comuna de Paine en la región Metropolitana. Motivados por la historia cultural celta y del medioevo; juntos emprendieron su proyecto llamado: “Bosque de druidas”, dedicado a la creación de eventos culturales.
En adelante y junto a la participación de otros artesanos, artistas y músicos agrupados, es que se dio inicio al “Primer y Segundo Festival Medieval Bosque de Druidas”, realizado en la plaza del Reloj, con la ayuda de la Corporación Cultural “Pueblito de Champa”, en donde los vecinos de la Provincia del Maipo retrocedieron el tiempo para vivir, sentir y conocer el pasado a través de la cultura celta.
El trabajo de Bosque de Druidas poco a poco fue ganando adeptos e interés. La participación de privados tampoco se hizo esperar. La Cervecería Die M, ubicada en Valdivia de Paine, junto con el “Portal Freire” de San Bernardo, buscaron asociarse y replicar, en menor escala, eventos similares en sus dependencias. De esta forma Cervecería Die M organizó, junto la productora, charlas y talleres como: Heráldica: el origen de los apellidos, a cargo de Fernando Tamayo, junto con la participación de músicos y artesanos.
De la misma manera, en el portal Freire en San Bernardo, también se llevaron a cabo las actividades y, fue justamente en este último, a mediados del 2021, donde fueron vistos por personal municipal, los que, entusiasmados con lo que veían, les ofrecieron realizar un evento a mayor escala en conjunto a la Corporación Cultural de San Bernardo .